miércoles, 23 de junio de 2010

"Sabremos cada vez menos qué es un ser humano"

" Al día siguiente no murió nadie. El hecho, por absolutamente contrario a las normas de la vida, causó en los espíritus una perturbación enorme, efecto a todas luces justificado, basta recordar que no existe noticia en los cuarenta volúmenes de la historia universal, ni siquiera un caso para muestra, de que alguna vez haya ocurrido un fenómeno semejante, que pasara un día completo, con todas su pródigas veinticuatro horas, contadas entre diurnas y noctirnas, matutinas y vespertinas, sin que se produjera un fallecimiento por enfermedad, caída mortal, suicidio conducido hasta el final, nada de nada, como la palabra nada. (...) La reina madre no mejoró ni empeoró, se quedó como suspendida, balanceándose el frágil cuerpo en el borde de la vida, amenazando a cada instante con caer hacia el otro lado, pero atada a éste por un tenue hilo que la muerte, sólo podía ser ella no se sabe por qué extraño capricho, seguía sosteniendo."

"Las intermitencias de la muerte" José Saramago



Hace días, desde que escuché la noticia de su muerte, que quiero escribir una entrada hablando de José Saramago. Creo que la suya ha sido una de las primeras muertes célebres que realmente me han sobrecogido y entristecido, y además me cogió de sorpresa, no sé por qué porque el pobre hombre ya era muy mayor, pero uno nunca se espera que las grandes mentes de nuestra era se vayan a apagar algún día.
Llevo días pensando en qué escribir, cómo rendirle un merecido y humilde homenaje, cómo expresar con palabras la admiración que siento por el enorme escritor que considero que era, y no he conseguido ninguna idea. Podría hacer un intento pseudointelectualoide de analizar su vida y obra, podría intentar hablar de la profundidad de sus ensayos literarios, de los increibles ejercicios de análisis e hipótesis sociales que realizaba con sus planteamientos "que pasaría si..." la muerte dejase de matar, si toda la humanidad sufriese una ceguera blanca, si a todos los votantes de un país le invadiese una repentina lucidez y votasen todos en blanco, si se encontrasen dos personas exactamente iguales..., podría hablar de la facilidad de su escritura y la importancia de su contenido, de mil y un elementos que han hecho de él uno de los GRANDES, pero no sería honesto porque entre mis "inmureables" cualidades no se encuentran la pedantería (eso espero) y la intelectualidad crítica analítica literaria necesaria para que dicho análisis mereciese la pena ser leído y tampoco quiero convertir este espacio en un blog de críticas dándome una importancia que no tengo.

Debido a todo ello he pensado rendir mi humilde homenaje con las palabras que otros sí han sabido expresar:

"Hay novelas que después de ser leídas, continuarán iluminando túneles en la conciencia, abriendo puertas de habitaciones a las que no nos habíamos asomado pese a estar dentro de nosotros"

Y haciendo alusión al título diré que después de su muerte sí que "sabremos cada vez menos qué es un ser humano"

1 comentario:

  1. Es un homenaje justo, compatriota. Enorabuena. Yo aún no me he atrevido a dejar mi granito de arena en la perpetuación de su memoria. Y, por cierto, has puesto uno de los mejores principios que este hombre ha escrito y, posiblemente, uno de los mejores y más impactantes de nuestra lengua. Me encanta "las intermitencias de la muerte"

    1 abrazo!!!

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